n Dificultades
en el diagnóstico o diagnóstico diferencial.
n Grave
intensidad de los síntomas.
n Riesgo
claro de suicidio.
n Intentos
autolíticos
previos.
n Presencia
de episodios previos de manía o características de bipolaridad
n Presencia
de ideación delirante.
n Importante
comorbilidad
física o psíquica.
n Ausencia
de respuesta o respuesta parcial tras 4-6 meses de tratamiento,
n Valoración
de ingreso psiquiátrico.
n Valoración
de terapia electroconvulsiva.
La prevención de la
enfermedad depresiva en el anciano es
una tarea de urgente actuación, cuyo
primer eslabón es la
correcta valoración geriátrica
No hay comentarios:
Publicar un comentario