¿Animales como Terapia? Sí la terapia con animales no es una utopía, es real, y cada vez más demuestra su efectividad en el tratamiento de enfermedades.
Los animales son nuestros aliados y compañeros en multitud
de circunstancias, a veces hasta nos salvan la vida o ayudan a que ésta sea
mucho más placentera y saludable, son nuestros aliados para luchar contra la
depresión o contra la ansiedad.
La ternura y el cariño son en muchos casos la mejor
medicina, y no siempre nos llegan de seres con dos piernas. De esto ya se han
dado cuenta algunos centros y profesionales que están poniendo en marcha
programas de animales como terapia. Porque los animales, además de otras muchas
cosas, también pueden ser terapéuticos.
Algunos de los animales como terapia
Los delfines como terapia: ellos nos transmiten sus
sonidos de ondas alfa a través de su "ecolocalización", es decir,
mediante el recurso con que la naturaleza les ha provisto para capturar presas
y reconocer su entorno. De su "sonar" salen sonidos que influyen
directamente en nuestro sistema nervioso, primero nos escanean para ver cómo
estamos, de una manera "holística", es decir, en nuestras tres
dimensiones, corporal, mental y también en nuestro sistema de valores. Y si el
momento es adecuado comenzarán a mandar ondas capaces de equilibrarnos y
hacernos sentir muy bien, muy a gusto.
Los delfines son seres simpáticos, alegres e inteligentes
que se utilizan, sobre todo, en terapias con niños autistas.
Los caballos como terapia: son animales muy nobles, de
una gran dignidad, no se humillan para pedir afecto, hay que ganárselos, así
como su confianza. Su enorme tamaño y poder, así como las características de su
personalidad o su idiosincrasia, les hace especialmente, animales como terapia,
para sociopatías y también para la rehabilitación motora del organismo.
Los animales como terapia, son de gran ayuda para las
personas con problemas, en este caso el caballo; os citamos un caso de una
joven cuya pasión por estos animales era inmensa. Un desgraciado día se vio
envuelta en un aparatoso accidente de tráfico, cuyo resultado fue una
paraplejia. Durante mucho tiempo se resistió a montar a la que hasta entonces
había sido su yegua preferida, hasta que un día, con el ánimo y la ayuda de un
familiar, volvió a montar de nuevo.
Los perros como terapia: puede que sean los animales
como terapia que más conozcamos.
Los perros adoptan una actitud afectiva y de gran apego
hacia el ser humano sin hacer juicios de valor, además pueden ser excelentes
guías. Son lúdicos, afectivos, juguetones y están a nuestro lado fielmente
durante toda su vida. Acariciar a un perro o a un gato baja las constantes de
tensión arterial, frecuencia de respiración y latidos cardiacos. Fomenta la
amistad entre los dueños y la responsabilidad de su cuidado en los niños. En
residencias de ancianos, cuando se introducen perros se da la circunstancia de
que tales ancianos reciben menos visitas del médico, pero más de sus
familiares.
El gato como terapia: nos enseña a estar relajados con consciencia. El gato puede estar durmiendo, pero al mismo tiempo está enterándose de todo lo que ocurre a su alrededor. No hay gato estresado. Su ronroneo fomenta las emociones positivas, y sus pequeñas señales de afecto son muy bien recibidas por sus dueños. El gato es uno de los animales como terapia recomendado especialmente para personas que están o se sienten muy solas y no pueden dedicar mucho tiempo al cuidado de su mascota.
Los animales de granja como terapia: estos también pueden ser animales como terapia, ya que ellos tienen mucho miedo, más miedo a lo mejor que nosotros cuando estamos atemorizados. Cuando uno consigue tranquilizar a un animal de granja, se esta tranquilizando también a sí mismo. Acariciar un conejo, una gallina o un cerdo puede resultar catártico, ya que no se suelen dejar acariciar más que si tienen confianza en uno. Y eso es muy bueno para personas tímidas, retraídas, con temores, introvertidas y que buscan expansión.